Nuestra Señora de Zocueca se unía ayer a los soldados del Córdoba 10 para celebrar, junto al pueblo de Bailén, el segundo día grande de las Fiestas Conmemorativas de la Batalla.

El 20 de julio se abría paso con la diana floreada que la Banda de Guerra iniciaba a las 8:30 de la mañana. Después, la tradicional imposición de medallas de la patrona de Bailén a la Unidad del ejército preparaba a los bailenenses para la celebración, a las 11 de la mañana, de la misa en honor de la Virgen de Zocueca en la iglesia de la Encarnación. Una fiesta religiosa que este 2015 ha destacado más si cabe por la conmemoración del cincuenta aniversario del nombramiento de la patrona como alcaldesa Honoraria y Perpetua de Bailén. Más de un millar de vecinos llenaban el templo y su atrio para asistir a esta cita, ineludible para muchos junto a los mandos de la BRIMZ Guzmán el Bueno X y la corporación municipal encabezada por el alcalde, Chiqui Camacho, los miembros de la cofradía de la Virgen de Zocueca y la Agrupación de Cofradías, así como los soldados voluntarios.

El primer edil y el coronel jefe del RIMZ Córdoba 10 depositaron una corona de laurel ante la tumba que guarda los restos del General Castaños, quien fuera primer Duque de Bailén. Además, dos soldados depositaban un escudo de flores en el trono de la patrona, como homenaje del ejército. En cuanto al acto conmemorativo del cincuentenario, el alcalde de Bailén hizo entrega de la medalla corporativa, labrada especialmente para la Virgen de Zocueca y el singular aniversario, después de ensalzar la figura de la patrona y pedir su protección para el pueblo de Bailén. Además, Chiqui Camacho ofreció el bastón de mando ante la imagen de Nuestra Señora de Zocueca, que aguardaba en su trono ante la mirada de sus fieles.

Tras la celebración de la misa, el atrio de la Encarnación acogió la tradicional ofrenda floral, que comenzó con el «paseíllo» que encabezaban las autoridades civiles y militares, a quienes seguían decenas de bailenenses para ofrecer sus flores a la patrona, con los propios soldados ayudando a colocar los ramos.

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