Se disipa la alarma por una brecha en una pared del cementerio parroquial
La alarma cundía la pasada noche entre los vecinos de Bailén cuyos familiares fallecidos reposan en el cementerio parroquial de la localidad cuando, a través de las redes sociales, se alertaba de la caída de varios nichos en uno de los patios centrales del camposanto.
La incertidumbre y la preocupación colmaban los comentarios de los ciudadanos, que confusos ante la información aparecida en diferentes lugares y alertados por si pudiera haber ocurrido algo en los nichos de sus seres queridos. Hoy, sábado, las dudas se van disipando: este pasado viernes se veía una brecha en una de las paredes del cementerio, en uno de los patios centrales situado junto a la entrada por el tanatorio. Ante el aviso, y para evitar males mayores, se procedió a vaciar las tres sepulturas cercanas a la grieta de la pared para comenzar su arreglo, bajo la supervisión de un arquitecto. Ninguno de los tres restos ha sufrido daño alguno, puesto que no llegó a haber derrumbe, y su traslado a otros huecos vacíos será temporal mientras se procede al arreglo de la pared afectada. Los familiares ya han sido avisados de lo ocurrido y conocen que, cuando se haya subsanado lo ocurrido, los restos de sus familiares regresarán al nicho de origen.
La zona afectada data de la primera década del siglo XX y los materiales empleados para su construcción, mayoritariamente tierra, ha provocado un pequeño corrimiento que derivó en una grieta probablemente por la humedad climatológica. Ahora, en el cementerio parroquial de Bailén trabajan para subsanar este hecho, de tal modo que en unos días los fallecidos regresarán a su lugar de origen.