Murallas y puertas de la villa de Bailén
Todo nacimiento de un medio de comunicación es siempre motivo de alegría para quienes amamos la información, el conocimiento, la opinión y la crónica actual del tiempo que vivimos. Y si es de Bailén y para Bailén, mayor causa de júbilo para quienes deseamos ser partícipes de su presente y conocedores de su pasado. Y ya que invitado he sido a esta nueva realidad local en prensa digital, inauguro esta sección, “Caminando por la Historia” intitulada, agradeciendo a quienes han pensado en un servidor para este empeño, periódica tarea en la que haré un recorrido por diversos temas de nuestro ayer.
1. Murallas y puertas de la villa de Baylén.
El antiguo alcázar bailenense ya ha sido convenientemente estudiado en la obra El castillo y fortaleza de la Villa de Bailén de nuestros paisanos Juan José Villar Lijarcio y Miguel Ángel Perea Monje, de lectura obligada para conocer dicha fortificación. Sin embargo, una parte queda aún desconocida de aquel ayer, las murallas y puertas de acceso a dicha villa medieval de Baylén del Arroyo, aldea baezana.
Para hacernos una idea, aquel castillo bailenés, sin contar la Casa Palacio, tenía un perímetro de 238 metros (datos obtenidos midiendo en Google Earth el trazado que aparece en dicho libro citado), frente a los 220 (Cardiotrainer) o 225 (Google Earth) de perímetro fortificado del impresionante y majestuoso castillo de la vecina y querida ciudad de Baños de la Encina, alcázar más antiguo de Europa que sigue, para nuestro deleite, en pie.
Llevo años buceando en las aguas y fuentes de múltiples bibliotecas, digitales o no, rescatando del naufragio libros y documentos sin que hasta la fecha haya podido dar con un croquis o plano de aquellas puertas y la zona murada.
Pablo Morillas Aguilar fue el primero en aproximarse a su conocimiento, como dejó escrito en «El alcázar de Baylén y Miguel Lucas de Iranzo, condestable de Castilla» (Programa de Fiestas Conmemorativas de Bailén de 1974):
“Bailén tenía una muralla circundante, de la que ha llegado hasta nosotros únicamente el nombre de sus dos puertas: el Portajo por corrupción de Portazgo y la Puerta de Baeza, que se cerraban de noche, y sabemos también que con el nombre de Barreruela existió un lienzo de muralla en lo que hoy es la acera de la calle del Prado paralela a la carretera, hoy calle de Sevilla, y teniendo en cuenta la época que comentamos, el caserío era escaso y agrupado junto a los muros protectores del castillo, puede colegirse que desde la Barreruela, partiría la muralla hacia los terrenos que hoy ocupa la iglesia de la Encarnación, y desde este lugar, buscaría su enlace con el Portazgo”.
Poco o casi nada tenemos, pues, de aquel ayer en cuanto a constancia, conocimiento o vestigios visibles. Pero tenemos un arma con la que no habíamos contado: la Toponimia (“estudio del origen y significación de los nombres propios de lugar”). Estudiando profusamente el nombre de las calles de Bailén en el lejano 1764, porque los nombres y palabras tienen su historia, podemos conocer el trazado de aquellas desconocidas murallas y puertas ignotas. Y si lo aderezamos con el relieve, trazado, hechura, estrechez, pendiente… del Bailén actual me he aventurado a hacer el primer croquis, a la espera de que aparezca alguno en un antiquísimo legajo desaparecido en alguna biblioteca palaciega. Y si por croquis entendemos el “diseño hecho sin precisión ni detalles” y “diseño ligero de un terreno, paisaje o posición militar, que se hace a ojo y sin valerse de instrumentos geométricos”, esta es una mera hipótesis a la que adjunto trece condiciones que me han posibilitado llevarlo a efecto y plasmarlo como os muestro.
Mas como una imagen vale más que mil palabras, por mucho que lo diga quien ama la escritura, os presento sendos vídeos que explican, o al menos eso he intentado, todo lo que en su día os diré:
a) Murallas y puertas de la villa de Bailén.
b) Las Murallas de Bailén.