Los «Ratones coloraos», ahora asociación cultural carnavalesca, cuentan los días que faltan para volver a enfundarse sus disfraces, salir a las calles de Bailén y recorrer después distintos puntos de la geografía española para subirse de nuevo a las tablas.

Si el año pasado aparecían como “Los pastores de Híspalis”, en este 2014 les veremos como “Las promesas”. ¿El tipo? Es una incógnita, claro. Lo único que Bailén Diario ha conseguido arrancar al director de esta chirigota, Antonio Jesús Villarejo, es esta pista: “Vamos de las promesas pero no somos políticos”. Sin embargo, sí nos adelanta que es una de las chirigotas “que más esfuerzo nos va a costar interpretar; no sabemos qué aceptación tendrá entre la gente, pero nosotros estamos encantados”.

Con trajes confeccionados íntegramente en Bailén, los “Ratones coloraos” llevan ensayando desde el mes de septiembre para llegar en plena forma y con el mejor de los repertorios al ensayo general, que será el 19 de febrero en el Hotel Zodíaco a partir de las nueve de la noche y con entrada libre, aunque los más impacientes podrán verles actuar en las semifinales del Concurso Provincial de Jaén el 14 de febrero. Algo más tarde, y ya metidos de lleno en el carnaval, podremos verles actuar junto a las otras cuatro agrupaciones locales en el festival de Bailén que se celebrará en la Discoteca ON. Y, por supuesto, “Las promesas” recorrerán las calles y los pubs de Bailén dotando de ambiente el febrerillo tardío. Asimismo, como ya es habitual, viajarán hasta Vilches o las localidades toledadanas de Los Yebenes y Sonseca, donde llevarán sus mejores pasodobles y cuplés.

De igual forma, hemos tenido la oportunidad de conocer la opinión de Villarejo sobre el carnaval bailenense. Veterano en las tablas y en las calles, el director de esta agrupación cree que esta fiesta en Bailén «está en pleno auge en tema de agrupaciones». Sin embargo, «en tema de disfraces está más chunga la cosa, porque es una pena ver cómo la gente se disfraza más en Halloween que en carnaval. Y la verdad es que no sé cuál sería la solución. Mi opinión es que se debería de trabajar y motivar más a la gente. Pero mientras se vea en Bailén el carnaval como una fiesta de trámite y un calentamiento de cabeza, no vamos bien.»