Cruzamos el océano Atlántico y llegamos hasta Argentina, concretamente a su capital, Buenos Aires, donde reside una actriz bailenense de 24 años: Dolores Garrido Martín. La capital del país es conocida como la cuna del tango; además, es una de las cinco ciudades con más teatros del mundo, la segunda librería más bonita del planeta, y la ciudad con más librerías por número de habitantes.

Conozcamos un poco más a Lola…

¿Qué te hizo salir de Bailén?

Diría que la curiosidad, las ganas de aprender, de conocer y conocerme a mí misma en diferentes aspectos. Antes de venir aquí estuve viviendo cuatro años en Sevilla estudiando la carrera de artes escénicas en la Escuela Superior de Arte Dramático, donde conocí a las dos chicas que me acompañan en este viaje. Tomé la decisión de viajar a Buenos Aires porque es una ciudad donde se puede disfrutar del arte en todos sus campos y al alcance de todos. Obviamente no me ha movido sólo la profesión, sino el desarrollo personal que es para mí lo más importante, mis ganas de explorar, descubrir y de impregnarme de todo lo favorable que nos ofrecen otras culturas.

¿En qué trabajas?

Actualmente trabajo como camarera. También hago espectáculos en diferentes salas con las dos chicas con las que vine y un amigo porteño (originario de Buenos Aires), en los que hemos unido la cultura española y la argentina. Además de esto, formo parte de la compañía teatral Pies Descalzos, donde se trabaja un teatro no convencional, onírico y surrealista.

Para quien no te conozca, ¿quién es tu familia o cómo te conocen en Bailén?

Mi padre es Pedro Garrido, agricultor, conocido por Polonio (al igual que mi hermano Juan) y mi madre es Manoli Martín, que puede conocerse por mi abuelo, Paco el de las molinas.

¿Te planteas volver en algún momento a Bailén?

Seguro que volveré, pero no a vivir. Tengo bastante claro que mi objetivo es viajar por el mundo y recorrer todos los países posibles, pero entre viaje y viaje estoy segura de que volveré a Bailén. Además, quiero dedicarme en profundidad al arte y no es un lugar en el que pueda desarrollar esta profesión, pero sí que me encantaría poder mostrar todos mis proyectos allí. Las raíces son nuestra base y es algo que no se puede olvidar.

¿Qué es lo que más echas de menos de tu pueblo?

Obviamente a mi familia. Si no fuera por ellos no sería la persona que hoy soy, ni habría llegado a este punto. Ellos me han ayudado y me han apoyado en todas y cada una de las decisiones que he tomado sin dudarlo. Echo de menos los momentos más sencillos como estar con mis padres y mi hermano en casa, o comiendo un arroz con toda mi familia un domingo. Por supuesto también extraño a mis amigos. Y para qué vamos a engañarnos, echo de menos el aceite de oliva y salir a tomar unas cañas un día de sol con una cerveza fresquita y una buena tapa jajaja.

Desde el extranjero ¿se conoce Bailén?

No mucho, pero también es lógico viviendo a más de 10.000 km de distancia. Para eso estamos todos los bailenenses que salimos de casa, para contar que del 17 al 22 de julio celebramos nuestras fiestas porque en 1808 el pueblo de Bailén derrotó a los franceses, que el último fin de semana de septiembre nos vamos de romería, y para presumir del mejor aceite del mundo, de las buenas costumbres y la buena gente.

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