Largas colas de ciudadanos para visitar el Belén Viviente del Sagrado Corazón
Las calles aledañas a la iglesia de la Encarnación eran este miércoles un hervidero de padres, madres, abuelos, niños y curiosos que hacían cola para poder recorrer el Belén Viviente que los alumnos del colegio Sagrado Corazón encarnan en el atrio del templo.
Alrededor de 300 niños, divididos en dos turnos, recrean paso a paso una catequesis viviente a través de escenas bíblicas como la Anunciación, la visita a Santa Isabel, el anuncio a los pastores, la adoración de los Reyes y el Nacimiento. Todo ello junto a las actividades propias de la época, donde los niños hacen pan, venden especias y el género típico de un mercado, arreglan zapatos, trabajan en el yunque o moldean el barro. No falta nada en este Belén «humano«: el labrador arando su huerto, las lavanderas tendiendo sus ropas, un corral con gallinas, Herodes con su séquito de romanos e incluso los pescadores en el río.
Un ejercicio evangelizador donde los niños son los protagonistas gracias a su esfuerzo, pero también gracias a la comunidad educativa de este centro bailenense, la colaboración de los sacerdotes de la ciudad y el apoyo logístico del ayuntamiento de Bailén. Todos ellos se llevan la felicitación y admiración de las ya miles de personas que han hecho el recorrido por el Belén Viviente al que no le falta un detalle y que nada tiene que envidiar a los que encontramos en las grandes ciudades.
Hoy jueves será el segundo turno de visita. Pueden acceder al Belén Viviente del Sagrado Corazón desde las 17 y hasta las 19 horas, con entrada por la calle García Lorca.
Los niños de la catequesis arropan el Belén Viviente
El apoyo de los sacerdotes de las iglesias de Bailén se intuye también en las visitas organizadas de todos los niños que reciben catequesis en la ciudad. Junto a sus catequistas y padres, los pequeños también están visitando estos días el Belén Viviente del colegio, así como el organizado por el grupo joven de la cofradía de la Virgen de los Dolores y el Cristo del Buen Morir. Allí, además, los pequeños pudieron terminar la jornada disfrutando de una merienda de tortas con chocolate. Una actividad más para los niños de catequesis, que dejan las aulas por un día y conocen de primera mano las diferentes estaciones en las que se explica el nacimiento de Jesús.