Con Jesús Resucitado se ponía fin a la Semana Santa 2016. Un semana donde la normalidad y el riesgo de lluvia en buena parte de las procesiones han sido los protagonistas, que han tenido el complemento de la recuperación de la Tribuna Oficial.

Comenzaba la semana grande con La “Mulica” de la Venerable Cofradía de los Siervos de Jesús a su entrada en Jerusalén que inauguraba en la mañana del Domingo de Ramos, acompañado de la Banda de Música de Bailén. Decenas de penitentes con palmas y ramas de olivo en mano completaron el cortejo procesional. Para este año la cofradía estrenaba unas nuevas faldillas para el paso que han sido donadas.

Ya por la tarde Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, San Juan Evangelista y María Santísima de la Amargura atrasaron su salida por treinta minutos para después desafiar al tiempo. Como novedad más destacable y una de las más imporantes de esta semana santa bailenense ha sido la incorporación del paso a costal por una cuadrilla de costaleras para María Santísima de la Amargura.

Ya en la noche del Lunes Santo las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Consuelo orando en el Huerto de los Olivos y la Virgen de los Siete Cuchillos de la Cofradía de la Santa Vera Cruz completaron su estación de penitencia. En esta ocasión se pudo observar como sigue avanzando en el proyecto del paso de Cristo. Asimismo, como nota destacable, la virgen estuvo acompañada por una banda improvisada compuesta por músicos bailenenses e integrantes de las distintas formaciones musicales de la localidad.

La Cofradía de la Santa Vera Cruz celebraría en el Martes Santo uno de sus momentos más esperados como es la procesión de Jesús de Medinaceli acompañado de la Virgen de los Siete Cuchillos. Largas hileras de penitentes, mantillenas y devotos al Cristo acompañaron el desfile procesional.

El Cristo del Buen Morir haría lo propio el Miércoles Santo en la procesión del Silencio donde este año fue aún más solemne, ya que buena parte del recorrido lo hizo con el alumbrado público apagado. Una decisión que le dio mayor recogimiento a la misma. En la misma se pudieron observar el cambio en el adorno floral del paso, así como la nueva vestimenta de los monaguillos encargados del incienso.

El Jueves Santo llegaría el turno de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, que junto a su cuadrilla de costaleras pondrían en la calle a Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna. Seis horas más tarde la Ermita de Ntro. Padre Jesús volvía a abrir sus puertas para que Nuestro Padre Jesús, que semanas antes había regresado a Bailén tras su restauración en el taller ubetense de Antonio Espadas, saliera a la calle para encontrarse con Ntra. Sra. de los Dolores y San Juan Evangelista en la procesión de la “Madrugá” del Viernes Santo. Una procesión que tiene su momento más emotivo y esperado en la subida por la calle Amargura. Sin embargo, los largos parones y el retraso en el horario de recogida han sido algunos de los aspectos negativos de esta procesión y de esta Semana Santa.

Ya por la tarde, el paso del Calvario volvía a procesionar por las calles de Bailén. El paso de misterio que conmemora la Crucifixión de Jesús ha mostrado, las imágenes del Cristo de la Expiración y Santa María Magdalena,  junto a la Virgen de las Penas y San Juan. Seguidamente,  Nuestra Señora de la Piedad procesionaba acompañada musicalmente por la Agrupación Musical Dolores “El Rescate” de Linares, donde estrenaron la marcha “Reflejo de Piedad” compuestas por Nacho González. Asimismo, en la misma procesión la junta de gobierno consiguió que procesionaran con centro tres de los hermanos más antiguos de la cofradía.

Con la Piedad en la calle, salía desde la Iglesia de la Encarnación Santo Entierro y Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Consuelo anunciaban la muerte de Jesucristo en una procesión donde el recogimiento fue el protagonista de la misma, ya que a su paso por la Plaza de la Constitución la oscuridad y el silencio se hicieron patentes hasta la llegada a su ermita. Seguidamente Ntra. Sra. de los Dolores y San Juan Evangelista realizaban la procesión de la Soledad, cerrando así el Viernes Santo bailenense. La dolorosa contó como novedad el cambio en su adorno floral, así como un nuevo pollero para el manto, eliminando del paso la luz artificial.

Ya en el Domingo de Resurrección, y con grandes nubarrones que deslucieron la procesión, procesionaba Jesús Resucitado acompañado por los sones de la banda de música de la Asociación Musical Ntro. Padre Jesús Nazareno. Los capirotes morados de los penitentes y costaleros se tornaban a blanco como símbolo de la resurrección de Jesucristo. 

Fotos: Alberto del Arbol, Jose A. Aguilar, Antonio Cobo y Bailén Diaro