Imagine
Imagínese amigo internauta que suena de fondo la canción de John Lennon «Imagine». Vale. Así no nos tacharán de que somos unos carcas y que andamos en la onda progre. Bien, con la música sonando déjese llevar, cierre los ojos… ya vale que si no podrá seguir leyendo. Relájese y siga al pie de la letra la letra de la canción, es decir, imagine. Y ya puestos a ello imagine un pueblo en el que las fuentes manaba el agua limpia y cristalina. Imagine una ciudad en la que los jardines y arriates se multiplicaban de barrio en barrio con el extremo cuidado de vecinos y operarios que hacían medrar las rosaledas y los árboles de sombra. Imagine que en ese pueblo se podía llegar a cualquier sitio por la línea más corta sin necesidad de jugar a los laberintos. Imagine que una vez llegado al punto de destino es fácil encontrar estacionamiento y poder pasear por sus calles sin tener que sortear obstáculos en las aceras Imagine una ciudad en la que el centro bulle de vecinos que van y vienen a sus quehaceres y a sus compras. Imagine que en los escaparates se ofertan artículos y mercancías que no son el local o el edificio en el que se abre esa ventana. Imagine que los pasos de cebra se pintan sin necesidad de que hubiera una fiesta popular y que los semáforos tienen tres colores en las luces. Imagine que en ese pueblo la oficina del paro cerró por falta de clientela y que el ayuntamiento la vendió para que se ampliara la ermita vecina. Imagine un pueblo en el que sus representantes se ponen de acuerdo en que arreglar los baches es de sentido común y necesario. Imagine unas calles en las que las farolas no están divorciadas de sus bombillas. Imagine que la basura se pone dentro de los contenedores. Imagine. Imagine y ahora… dígame si todo esto le ha recordado algún lugar conocido.