11. El bailenense Felipe de Neve Padilla, fundador de Los Ángeles, Santa Bárbara y San José
Índice:
1. Primeras noticias locales de un bailenense universal.
2. Biografía de Felipe de Neve Padilla (1724-1784).
3. Árbol genealógico de Felipe de Neve Padilla.
4. Fundación de Los Ángeles.
5. Fundación de Santa Bárbara y de San José.
6. Los Ángeles, ciudad hispánica.
7. Bailén y Felipe de Neve.
8. Proyectos de futuro.
El martes 4 de septiembre de 1781 fue fundada la ciudad estadounidense de Los Ángeles, la decimoquinta ciudad más poblada del planeta con 4.000.000 de habitantes y con 23.900.000 en su zona de demarcación territorial según la ONU, dato de 2014, y la segunda del país más poderoso del mundo, tras la ciudad de Nueva York. 233 años de historia desde su fundación se cumplen en estos días.
Este artículo está dedicado a la memoria de nuestro más ilustre compaisano, Felipe de Neve (también escrito Phelipe en la época), bailenense conocido a nivel mundial.
1. Primeras noticias locales de un bailenense universal.
Sorprende que en el cercano 1985, el que fuera cronista de Bailén, Matías de Haro, no recogió en la sección “Célebres hombres de mi pueblo” de su obra Bailén, su historia y sus cosas, la existencia de don Felipe, señal inequívoca de que a esa fecha no era conocido oficialmente por los bailenenses, pues el recordado don Matías era perfecto conocedor de la realidad e historia de su pueblo.
En el Programa de Fiestas de 1990, dos bailenenses, los pioneros en este interesante tema, se hicieron eco de la biografía y periplo de Felipe de Neve: Guillermo Sena Medina («Bailén y América. Un ilustre bailenense rescatado: Don Felipe de Neve») y Miguel Hernández García («El más ilustre caballero de Bailén»). Dos años después, en 1992, apareció el trabajo de Andrés Cárdenas Muñoz («Un bailenense fundó la ciudad americana de Los Ángeles»). En 1997, en la misma edición festiva, José Calvillo Alcalá («Un hijo de Bailén») y Juan Soriano Izquierdo («Hijos ilustres de un noble pueblo») publicaron sobre su figura. En el año 2000, apareció el estudio de José Luís Puche Castillejo titulado «Felipe de Neve, bailenense e ilustre olvidado». Martín Malpesa Arévalo, por su parte, lo haría en 2006 con el título de «Algunos personajes históricos y Bailén». Recomiendo la relectura de todos ellos para profundizar más aún en el tema, si bien, como es lógico en toda investigación no dad por definitiva, hay muchos desajustes, discrepancias y reiteraciones entre ellos, sobre todo en su fecha de nacimiento.
Gracias a sus paisanos, don Felipe había vuelto a nacer en la memoria de los bailenenses.
Si bien el nacimiento en Bailén de tan insigne convecino era conocido en Los Ángeles, Estados Unidos e historiadores americanistas españoles, había pasado desapercibido por los bailenenses hasta los años noventa del siglo pasado. Sena Medina (1990) cita a Luis Navarro García («Don Felipe de Neve, un jiennense en la frontera de México». Revista Códice, nº 4. 1989. Pp. 61-68) como el estudioso del que tomó el dato, aunque Juan Soriano ya había tenido contactos a este respecto con un sacerdote norteamericano, que hasta él había acudido en busca de información, a mediados de los ochenta. Ya en 1985 se había publicado en los Estados Unidos de Norteamérica (para distinguirlo de los Estados Unidos de México, que es el nombre oficial de este país azteca con el que compartimos lengua), entre otros muchos trabajos aún anteriores, el artículo de José María Muriá, «Felipe de Neve (1724-1784): pequeña guía para su estudio». Calafia 5(8):11-13. Y años antes, en 1971, Edwin A. Beilharz había publicado el libro Felipe de Neve, primer gobernador de California (California Historical Society), donde recoge que nació en Bailén, pero no en 1724, sino en 1727. Yerra también en el título, pues De Neve fue el cuarto gobernador.
2. Biografía de Felipe de Neve Padilla (1724-1784).
El que con el tiempo sería Gobernador de las Californias y fundador de la Ciudad de Nuestra Señora de Los Ángeles, la estadounidense Los Ángeles (tanto en español como en inglés), nació en Bailén en 1724 (en su placa angelina pone 1728, como otros, y otros han escrito 1727), hijo de una familia aristocrática. Como ya indiqué en Un viaje cartográfico y documental al Bailén antiguo (2014):
“Era hijo del sevillano Felipe de Neve Noguera Castro y Figueroa, capitán de artillería y de María Padilla y Costilla (1). Falleció en Coahuila, México, en 1784. Se casó con Mª Nicolasa Pereira (Perea) y Soria. Como dato curioso e inédito, su única hermana, Teresa, era abuela del afamado escritor sevillano José María Blanco White y Crespo (1775-1841), cuya madre, sobrina carnal de nuestro aventurero, se llamaba Gertrudis, como la compatrona de Bailén (2) (la posición de privilegio de esta estirpe puede estar relacionada con dicho nuevo compatronato local. Como ya vimos, entre 1750 y 1755 fue representada, y aún es visible para nuestro disfrute, Santa Gertrudis en el Camarín del Santuario de Zocueca, siendo mayordomo de la cofradía el clérigo diácono don Andrés de Montoro Ponce de León (3) [NOTA: he documentado un diácono en 1764 -pág. 174-, pero con los apellidos cambiados: Andrés Ponce de León y Montoro, de 68 años, nacido en 1696], cuyo antropónimo del mismo coincide con el tercer compatrono, también presente escultóricamente en dicha joya barroca)”.
En aquel 1724, como indica Miguel Hernández García (1990, Programa), era alcalde y capitán del Castillo de Bailén don Bartolomé Moreno Ponce de León.
A los veinte años inicia una exitosa carrera militar como cadete en el sevillano Regimiento de Infantería de Cantabria. Asciende a Teniente del Regimiento de Caballería de Flandes, en el que obtiene empleo de Ayudante en 1756. Participó en la Guerra de los Siete Años contra Portugal.
En 1764, con cuarenta años, embarca rumbo a América, de la que ya nunca regresaría. Su mujer, Mª Nicolasa Pereira, se quedó en Sevilla. Como es lógico, no pudo tener, al menos con ella, hijos reconocidos, y no es indiscreción por mi parte, sino deseo de encontrar algún descendiente. Arribó a Veracruz el 1 de noviembre de 1764 (Calvillo Alcalá, 1997, Programa). Allí ostentó el rango de sargento mayor de caballería. Durante siete años fue nombrado, por el Gobierno Virreinal, administrador general de los bienes de los jesuitas. Sus excelente dotes para las finanzas y su indudable valía le hizo ascender vertiginosamente: 1774 (coronel), Gobernador Interino de Las Californias (diciembre de 1774), 1777 (se establece en el presidio de Monterrey), 1779 (redacta un reglamento, legislación esencial de la provincial), 1777-1782 Gobernador de las Californias [dato no recogido en Bailén hasta ahora, pero De Neve aparece en el cuarto lugar de gobernadores de California en ese periodo], 1783 (Comandante General de las Provincias Internas y ascenso al grado de Brigadier).
No he podido localizar en 1764 ningún bailenense apellidado “Neve”, aunque sí hay muchos “Nevado”. Y es lógico, ya que ningún miembro de la familia quedaba en Bailén para ese año y con ellos marchó su enigmático apellido Neve, que aunque a decir de algunos es alemán, anglosajón, italiano…, yo me decanto, como he podido consultar de Teodoro Falcón («El Canónigo Justino de Neve y la Iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla». Laboratorio de Arte 23, pp. 589-598. Universidad de Sevilla. 2011), que era de origen belga. Miguel de Neve, antepasado suyo, era natural de Herentals, de la provincia belga de Amberes. Ninguna relación tiene con el apellido bailenense Nieva, ni Nevado, aunque posiblemente procedan del mismo étimo latino.
Entre sus datos biográficos nos encontramos con el hecho que de que fue gobernador de la Provincia Interna de Occidente que abarca las actuales Sonora y Sinaloa, además de también ser gobernador, entre junio de 1777 y 1782, de Las Californias, hoy día estado estadounidense de California, y los estados mexicanos Baja California y Baja California Sur. Había llegado a Nueva España, Veracruz, años antes, en 1764.
72 han sido los gobernadores que California ha tenido, el 4º fue De Neve, el 66º Reagan y el 71º Schwarzenegger.
Durante su acción gobernadora se fundaron el presidio de San Francisco (1776, hoy urbe homónima) y la población de San José (29-11-1777, Pueblo de San José del río Guadalupe, primera colonia española en Nueva California), ambas fundaciones gracias al teniente José Joaquín Moraga, la segunda de ellas ordenada por De Neve y el virrey de Nueva España, e incluso el nombre de San José fue escogido por nuestro paisano, “para honrar al santo patrón de la expedición original”. El 31 de marzo de 1782 fue creada la misión de San Buenaventura, actual ciudad estadounidense, fundación atribuida a fray Junípero Serra.
Otros cuatro presidios se fundaron en los años anteriores o en la época: San Diego (1769), Monterrey (1770), San Francisco (1776) y Santa Bárbara (1782) [datos extraídos de «Indios y franciscanos en la construcción de la Alta California». Salvador Bernabéu Albert (Director e Investigador Científico de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, CSIC) y Martha Ortega Soto (Profesora e Investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, México)].
Carlos López Urrutia (El real ejército de California, 2000), escribe: “Era Don Felipe de Neve un distinguido militar natural de Bailén distrito de Jaén. El ejército había sido su única profesión. Había ingresado como cadete en el Regimiento de Cantabria y a los dos años había sido traspasado a la primera compañía de la Guardia de Corps en Madrid. Después de 18 años de servicios, sirviendo en los regimientos de Milán, Flandes y del Rey alcanzando el grado de sargento mayor. Vino a América con el visitador Gálvez y se le asignó al entrenamiento de milicias. Tuvo a su cargo la formación del Regimiento de Querétaro. A pesar de que fueron sus dotes administrativas las que le hicieron merecedor de la gobernación, se había distinguido en campañas militares en Portugal”.
El baeculense fundador de Los Ángeles redactó un Reglamento para el gobierno de la provincia de Californias, que había sido aprobado por S.M. en Real Orden de 24 de Octubre de 1781. Otros muchos documentos aún se conservan con su firma, como:
-«Instrucción que Felipe de Neve dio al gobernador de la península de California, paraje El Saucito, 7 de septiembre de 1782». En AGNM, ramo Californias, vol. 21, exp. 4, pp. 435-437.
-«Carta de don Felipe de Neve al Virrey D. Teodoro de Croix», Monterrey, 1 de junio de 1779. Archivo de Provincias Internas, vol. 121, pp. 373-4r.
-«Informe de Felipe de Neve, Gobernador de California, a Teodoro de Croix sobre nueva población. Acompaña padrón del vecindario de San José de Guadalupe». 23 de septiembre de 1778. Guadalajara, 267.
El 21 de agosto (¿17 de junio?) de 1784, a sus sesenta años, falleció, en la hacienda de Nuestra Señora del Carmen de Peñablanca, Chihuahua, don Felipe de Neve Padilla, un bailenés en California. Un futuro virrey había dejado de existir. Dos meses después, lo haría fray Junípero Serra, su coetáneo y coadjutor, un 28 de agosto de 1784. Tal fue la importancia evangelizadora de este último, que el hoy San Juan Pablo II visitó su tumba en 1987, en la iglesia de San Carlos Borromeo en el condado californiano de Monterrey, Estados Unidos.
Ambos, Serra y De Neve, son considerados como los fundadores de California. Me ha sido imposible averiguar dónde está enterrado nuestro insigne paisano.
3. Árbol genealógico de Felipe de Neve Padilla.
Con base en la Red Española de Genealogía (http://geneall.net/es/) he elaborado un árbol genealógico de nuestro paisano más internacional. A continuación, esbozaré los condicionantes y documentos que me han llevado para hacerlo en estos términos:
Según el ya citado Teodoro Falcón («El Canónigo Justino de Neve y la Iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla». Laboratorio de Arte 23, pp. 589-598. Universidad de Sevilla. 2011), Miguel de Neve era natural de Herentals, de la provincia belga de Amberes y se afincó en Sevilla donde contrajo matrimonio con la hispalense Francisca Pérez Franco. No he podido documentar el número de hijos que tuvo este matrimonio. Uno de ellos, eso sí, fue el sevillano Juan de Neve, que casó con Sebastiana de Chaves y Castilla, natural de Málaga y tuvieron cinco hijos: Gabriel, Rafael, Francisca de Paula, Mª Josefa (ambas monjas de clausura) y Justino de Neve y Chaves (canónigo). En la página 117 del Catálogo de los documentos del archivo de los Condes de Gómara y familia Arias de Saavedra, de Pilar Vilela Gallego, editado por la Junta de Andalucía, se intuye que pudo haber otra hija Luisa en 1651. En esta misma publicación se da a entender que Miguel de Neve, de origen flamenco, aquel que en 1637 instituyera un mayorazgo en Sevilla que llevaba su nombre, tuvo una hija que se llamaba Luisa Francisca, hermana de Juan. En un documento de 1631 se pide una misa diaria por el alma de don Miguel de Neve en una ermita de Ronda, por lo que sobre ese año rondaría, nunca mejor dicho, su muerte.
En 1934, en el artículo intitulado «¿Un nuevo cuadro de Murillo?», firmado por V.de D.V. (Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. Madrid. Marzo de 1934) se indica que Justino de Neve y Chaves era ascendiente no directo, por su condición de canónigo de la Catedral de Sevilla, de Felipe y de su hermana “Teresa de Neve Perea Padilla”, que así es como recoge sus apellidos, enterrada en el Convento sevillano de San Francisco.
Desconozco a día de hoy si ella también nació en Bailén. En esta obra se indica la gran amistad que don Justino tenía con Murillo. En 2009, Arnold L. Bauer incide en la consanguineidad entre Felipe y Justino (The Search for the Codex Cardona. University Press. USA. Pág 80).
La esposa de nuestro Felipe de Neve, María Nicolasa Pereira y Soria, realiza inventario de sus bienes en el testamento de 1784, fecha del fallecimiento de su marido. Hace referencia a abundantes donaciones a instituciones religiosas, más 8.000 reales al hispalense colegio de San Francisco de Paula para realización de un órgano y finalización de obras de dorado del retablo de Nuestra Señora de la Victoria, más 2.000 reales al prior de la Parroquia de San Miguel de Sevilla para culminación de la sillería del coro, más trece cubiertos de plata para la Hermandad del Stmo. Sacramento de dicha iglesia, más obras de arte, entre las que estaba el “Retrato del Teniente Coronel Antonio Pereira”, más un “Christo de cañas de Indias con cruz de ébano embutida en carey”, entre otras (datos extraídos de Magdalena Illán Martín: «Coleccionismo y patronazgo artístico femenino en la Sevilla de los finales del siglo XVIII». Arte, poder y sociedad. Y otros estudios sobre Extremadura. VII Jornadas de Historia en Llerena. Sociedad Extremeña de Historia. Pág, 116. 2007). De aquí se infiere que muy probablemente, el teniente coronel Antonio Pereira fuese suegro de don Felipe.
Harto interesante es la figura de José María Blanco White Crespo, nacido en Sevilla, 1775, y fallecido en Liverpool, 1841, célebre escritor español. En compañía de otros literatos formó la Academia de Letras Humanas de Sevilla. En 1799 se ordenó sacerdote. En 1801 es nombrado capellán magistral de la Real Capilla de San Fernando y en 1803 abandona el catolicismo debido a una crisis religiosa. En 1808, iniciada la Guerra de la Independencia, regresa a Sevilla. Su patriotismo le lleva a colaborar en Semanario Patriótico (1808-1809). Tuvo un hijo ilegítimo, en 1809, con Magdalena Eguaya, de nombre Fernando.
En el libro Autobiografía de Blanco White, consultable en www.cervantesvirtual.com y escrito en Oxford en 1830, este preclaro descendiente de nuestro paisano narra, en el Capítulo I («Narración de su vida en España.1775-1800»), lo siguiente:
«La familia de mi madre está emparentada con la nobleza más antigua de aquella parte de Andalucía donde yo nací, parentesco reforzado por el casamiento de mi hermano con una prima nuestra por esta parte. Mi abuelo materno [Francisco Crespo], de quien me acuerdo muy bien, había abandonado cuando joven a su mujer [Teresa] y durante muchos años llevó una extraña vida errante. Sin embargo, cuando después de larga ausencia volvió a Sevilla viejo y enfermo, encontró acogida bajo el techo de la casa de mi padre [William White]. (…) Antes de casarse con mi padre, mi madre [Gertrudis Crespo Neve] y mi abuela [Teresa, hermana de Felipe] habían vivido a expensas de una pequeña renta, como cualquier familia hidalga española. Con ella y con la ayuda de un hermano de mi abuela [Felipe de Neve] que durante muchos años había sido militar de alta graduación y gobernador de la corona española en Sudamérica, habían llevado una vida digna. De todas maneras en España cualquier renta por pequeña que sea es bastante para mantener decentemente la condición de hidalgo, ya que sólo la pobreza total hace descender a una familia de su buen rango y consideración, e incluso si se ven obligados a mendigar el sustento, la ley del país los considera en pleno uso de sus privilegios. Pero por lo que respecta a mi abuela y mi madre tenían lo suficiente para cubrir convenientemente sus necesidades. Por tanto fui educado sin percatarme de si éramos ricos o pobres, pero me hicieron adquirir las virtudes de la hidalguía».
En la misma obra anterior, pero en la edición de la Universidad de Sevilla y elaborada por Antonio Garnica en 1988 aparece el segundo apellido de nuestro paisano como “Gil de Perea”, pudiendo deberse el error a la confusión con el de su esposa (Pereira o Perea). En ABC, edición de 11 de septiembre de 1931, he localizado un artículo, titulado «El CL aniversario de la fundación de Los Ángeles», en el que consta su madre como María Gil de Perea y Padilla, en vez de Padilla Costilla. Se da noticia de la conmemoración del ciento cincuenta aniversario “con un programa de brillantes fiestas, que tenemos a la vista y que empezó el día 4 para concluir el próximo día 13 de los corrientes, está ofreciendo a España tales pruebas de afecto, al exaltar y reverenciar los nombres de Felipe de Neve y de fray Junípero Serra, con actos en verdad conmovedores y sinceros”.
En las ediciones digitales del ABC (25-4-1929) y del Trojan Diario (28-4-1941, vol. 32, nº 129), he documentado al último de los descendientes en línea indirecta de Felipe de Neve Padilla que aparecen en el anterior árbol genealógico, don José Mª Blanco de Quintana. En esta última, incluso, se notifica que se le invitó a asistir a Los Ángeles a un acto conmemorativo de la fundación.
Emplazada dejo la búsqueda hasta dar con sus descendientes actuales y que puedan conocer y visitar nuestra localidad.
4. Fundación de Los Ángeles.
El 4 de septiembre de 1781 (aunque recientes investigaciones indican que en junio ya había cuatro familias establecidas; William David Estrada, The Los Angeles Plaza: Sacred and Contested Space, 2008) era fundado El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles del Río de Porciúncula, mundialmente conocida hoy como Los Ángeles. La costa de Los Ángeles había sido habitada previamente por los tongva, los chumash y otros pueblos amerindios. Hasta 1542, con Juan Rodríguez Cabrillo, no habían aparecido los europeos, tomando dichas tierras para la corona de Castilla pero sin establecer ningún asentamiento.
Neve, una vez recibida la aprobación del monarca Carlos III, pudo llevar a cabo su fundación, en un territorio donde ya el padre Juan Crespí había establecido una misión. El nombre fue puesto por los franciscanos.
El propio Felipe de Neve diseñó el trazado de la ciudad. Tanto fray Junípero Serra como fray Juan Crespí, acompañados del explorador catalán Gaspar de Portolá, ya habían descubierto el 2 de agosto de 1769 un río al que había denominado “de Ntra. Sra. la Reina de Los Ángeles de Los Ángeles de la Porciúncula” (río Porciúncula, hoy río de Los Ángeles). Ese día era y es festividad para los franciscanos.
Como podemos comprobar, la patrona de los franciscanos es Santa María de Los Ángeles de la Porciúncula, que debe su nombre a la iglesia de Sta. María de Los Ángeles de la localidad italiana de Asís, de donde era natural el santo fundador San Francisco de Asís. El topónimo Porciúncula (Portiun-cula, «porción minúscula» en latín) es debido a las reducidas dimensiones de la ermita italiana.
Los primeros habitantes fueron 44 españoles, reclutados en las provincias de Sonora y Sinaloa, once familias que representaban la mescolanza interracial (mestizos, mulatos, indígenas y un peninsular español) propiciada en América por España (no frente a otras culturas que abogaron por el exterminio).
La localidad nació donde hoy está la Plaza o calle Olvera (Olvera Street, originariamente llamada Calle del Vino), en el centro de Los Ángeles, popularmente conocida como La Placita. En la citada plaza hay una estatua del fundador, junto a otra, una cruz conmemorativa, una iglesia y una placa con los nombres de las primeras familias angelinas. Existe también “El Paseo de los Pobladores de los Ángeles”, con diversas placas conmemorativas.
La iglesia católica de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles fue consagrada el 18 de agosto de 1814, con diversas remodelaciones posteriores. Se erigió sobre las ruinas en adobe de la antigua misión de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles, de 1784.
5. Fundación de Santa Bárbara y de San José.
Como leemos en la siguiente placa conmemorativa a Felipe de Neve en Los Ángeles y colocada a los pies de su estatua, “uno de los dos pueblos españoles que él fundó en Alta California”, hubo, al menos, otra ciudad a la que le debemos su fundación.
Puesto a buscar en los archivos digitales su fundación, encontré que se trata de la ciudad californiana de Santa Bárbara, núcleo con 90.000 habitantes en 2014.
El Presidio Real de Santa Bárbara fue fundado en 1782 con fines militares de defensa, aunque hoy es una atracción turística. Fue edificado para proteger tres misiones (posteriormente se le añadieron dos). Su emplazamiento fue elegido por Felipe de Neve, para contrarrestar la vulnerabilidad de la costa de Santa Bárbara. Fue bendecido el lugar del presidio por el padre Junípero Serra. Los indios, un año después, ya habían plantado allí un campo de trigo.
Alrededor de este presidio se creó la población de Santa Bárbara, cuatro años después. No obstante, se da como fundador de Santa Bárbara, con el nombre de Misión y Presidio de Santa Bárbara, a fray Junípero Serra, fusionando incorrectamente misión evangelizadora con presidio militar. Como podemos consultar digitalmente en Texas State Historical Association lo siguiente: “Experiencias de Neve en California, donde dirigió la fundación de Los Ángeles en 1781 y un presidio de Santa Bárbara en 1782”. Pero la misión no sería fundada hasta el 4 de diciembre de 1786, según consta en el ya citado trabajo de Salvador Bernabéu Albert y Martha Ortega Soto: «Indios y franciscanos en la construcción de la Alta California»).
En el trabajo de Antonio Ríos Bustamante, Mexican Los Angeles (Floricanto Press, 1992), se indica que en diciembre de 1779 el Virrey Bucareli y el Comandante General de la Croix aprueban la propuesta del gobernador Felipe de Neve para fundar los asentamientos de Los Ángeles y Santa Bárbara, como así se hizo. De interesante consulta a este respecto es la comunicación entre Croix y Gálvez de 23 de febrero de 1780 (Archivo General de Indias, Guadalajara, México, Legajo 271, números 103-113).
Pero no quedan ahí las fundaciones por De Neve. Este, al acceder a su cargo de gobernador, recibió la prerrogativa regia para fundar diversos pueblos, y en una visita desde San Diego a San Francisco en 1777 hizo la recomendación de fundar dos pueblos junto a dos ríos: Los Ángeles y el Pueblo de San José del río Guadalupe. El 29 de noviembre de ese año fue fundado, con sesenta y un pobladores, este último, que es hoy la populosa ciudad de San José, de casi un millón de habitantes. San José es Santo Patrón de toda California (datos tomados de J.M. Guinn, «Una historia de California y una extensa historia de Los Ángeles y alrededores», Vol. I, Ciudad de Los Ángeles. 1915).
En la ciudad de Santa Bárbara hay una clara referencia anual a la fundación de San José por parte de Felipe de Neve.
En la anterior imagen se observa la recreación o reconstrucción histórica del día de la fundación de Santa Bárbara, a cargo de Michael Hardwick como Felipe de Neve (23 de abril 2005). Se observa, de izquierda a derecha un descendiente chumash, el comandante del presidio y Felipe de Neve. Hay un interesantísimo discurso anual en que, en boca de Felipe de Neve, en primera persona se cita lo siguiente: «As a result, I founded two pueblos as agricultural towns. They were Pueblo San José in the North (founded 1777) and Pueblo Los Angeles to the South (founded 1782)», (“in spanish, please”, que es como él lo dijo: «Como resultado, fundé dos pueblos como pueblos agrícolas. Eran Pueblo de San José en el Norte (fundado en 1777) y Pueblo de Los Ángeles hacia el Sur (fundado en 1782)».
Sin embargo, consta oficiosamente José Joaquín Moraga como fundador de San José, por más que naciera de una orden de don Felipe y por más que este decidiera el nombre de la villa y su lugar de ubicación. Desde aquí reivindico la paternidad de nuestro paisano, con base en estos datos.
6. Los Ángeles, ciudad hispánica.
Desde su fundación y hasta 1821, fecha de la independencia mexicana, Los Ángeles fue con pleno derecho una ciudad española, pues a dicho reino pertenecía. En el periodo que va desde 1821 hasta 1848 quedó adscrita a la nación mexicana y español era la lengua que los angelinos hablaban. De 1846 a 1848 fue la guerra o intervención estadounidense en México. En 1850 California se convirtió en el trigésimo primer estado de los Estados Unidos de Norteamérica y Los Ángeles se hicieron yanquis.
En 1820 el pueblo angelino alcanzó los 650 habitantes. Estaba, por aquel entonces, la Muy Nobel y Leal Villa de Bailén, pues aún no era Ciudad, allende los mares, diez veces más poblada que la localidad fundada por uno de sus paisanos ilustres.
Cada 4 de septiembre se celebra en Los Ángeles el aniversario de la fundación de la ciudad.
En 1981 conmemoraron fastuosamente el Bicentenario de la fundación de la ciudad (Los Ángeles Bicentennial, 1781-1981).
Reminiscencias de su pasado hispánico lo encontramos en su bandera y en su escudo, con los reinos de Castilla y León; en la pronunciación de su topónimo, aunque con acento al ánglico modo [Los-Ányeles]; en el diario en español La Opinión; numerosas cadenas de televisión en español; el catolicismo como mayoritario, con su catedral de Ntra. Sra. de Los Ángeles, erigida en 2002 por el español Rafael Moneo; los datos que indican que el 41,7 % de los angelinos habla español, frente al 42,2 de hablantes de inglés, etcétera.
Muchas localidades del sur de EEUU tiene topónimo hispano: Texas (por favor no digáis Teksas, en inglés, sino Tejas, como lo llamó un español), Alameda, Santa Clara, San Luis Obispo, Santa Cecilia, Las Vegas, San Francisco, Santa Rosa, Sacramento, Santa Mónica, Palo Alto, Monterrey, Fresno, Salinas, Paso Robles, Los Gatos, San Rafael, San Mateo, San José, San Gabriel, Santa Cruz, Santa Inés, San Buenaventura, Atascadero, Santa Bárbara, Los Ángeles, etcétera. O hidrónimos, orónimos y resto de topónimos: Florida, Cabo Cañaveral, Nevada, río Colorado, etcétera. El propio nombre de California procede de la novela de caballerías española Amadís de Gaula, denominando con él tanto a una reina como a un paraíso novelesco.
Aprovecho en este punto para recomendar, como así hace la “Asociación de Academias de la Lengua Española”, que pronunciamos Miami y no Maiami ni Mayami, pues el topónimo procede de los indios miamis, que es como los españoles los conocieron. Los anglohablantes tienen el derecho de pronunciarlo a su modo, pero que la modernidad no nos obligue a cambiarlo a los 548 millones de personas en el mundo que hablamos español.
La ciudad estadounidense de Los Ángeles albergó los Juegos Olímpicos de 1984 y es sede de los equipos de baloncesto de la NBA Los Ángeles Lakers y Los Ángeles Clippers, en el primero de los cuales militó el pívot español Pau Gasol entre 2008 y 2014.
Numerosas celebridades nacieron en su suelo o en su condado, como los actores y actrices Angelina Jolie, Bo Derek (Long Beach), Bridget Fonda, David Carradine, Diane Keaton, Don Murray, Dustin Hoffman, Gwyneth Paltrow, Jodie Foster, Kevin Costner (Compton), Liza Minelli, Leonardo DiCaprio, Marilyn Monroe, Mia Farrow, Richard Chamberlain (Beverly Hills)…, o las cantantes Belinda Carlisle y Natalie Cole, entre otras muchas personalidades.
7. Bailén y Felipe de Neve.
En la primera década del siglo XXI fue nombrada una calle bailenense como de Felipe de Neve y un galardón institucional, organizado por la Concejalía de Juventud del Excmo. Ayuntamiento de Bailén, durante la legislatura 2007-2011, llevó el nombre de “Premio Felipe de Neve”. Asimismo, en 2007, la zona exterior de Café Bar La Estación, abierta en 2002, pasó a denominarse “Terraza Felipe de Neve”.
Bailén, como Menéndez Pidal dijera al referirse a España, es “la de los frutos tardíos”, pero cuando llegan, buen postre ofrecen. De esta manera, un bailenense egregio ha ido cobrando en su ciudad la fama no reconocida y un reconocimiento inmenso. El “Instituto de Estudios Bailenenses” ha organizado una exposición en su sede, e invitan a todos los convecinos del fundador de Los Ángeles a visitarla. El “Ateneo Jesús de Haro Malpesa” dedicará a nuestro paisano de América la inminente edición de su concurso “¿Conoces tu historia?” para Cuarto Curso de Secundaria.
Bien es cierto que ciudades como Linares tiene su topónimo en sendas localidades de Chile, Colombia y México, y Baeza en Ecuador. Bailén no corrió la misma suerte, pese a tener un Gobernador en Las Californias. Ello es debido, principalmente, entre otros factores, a que los nombres fueron generalmente puestos por franciscanos y dominicos y, por qué no decirlo, a que la estancia de don Felipe en Bailén no sería muy dilatada en el tiempo como para marcarlo a fuego en su pecho.
Desconocemos cuántos años estuvo aquí, qué visitas hizo al Santuario de su Santa Patrona la Virgen de Zocueca, en qué calle residiría y en qué casa vio la primera luz del mundo, qué recuerdos guardaría de aquel Bailén con su Castillo y plaza, con sus iglesias y ermitas, con sus puertas y murallas: qué nos hubiese contado el Archivo Parroquial de La Encarnación, caso de no haberlo quemarlo en 1936, sobre su nacimiento, bautizo, comunión…
Muy probablemente, como así me comunicó José Luis Puche, su padre estaría aquí destinado en aquellos años en que subir a Sierra Morena era una aventura llena de peligros. Aún no habían fundado Carlos III, como así hizo en 1767, las Nuevas Poblaciones y Bailén era Puerta de Andalucía. Milicianos y compañías de tránsito vigilaban a los bandoleros y truhanes de la sierra. Felipe y María, sus padres, oriundos de la ciudad hispalense, residían en Bailén donde aquel era capitán de artillería.
Mientras la andujareña aldea de El Rumblar o Zocueca pasaba, en 1767, a manos guarromanenses, ante la evidente y palpable queja de los bailenenses, que también vieron aminorar su territorio, un baeculense, paradojas de la vida, ampliaba extraordinariamente las posesiones de España por América. Bailén decrecía, mientras De Neve triunfaba y España se ensanchaba, de la misma manera y forma que hoy los Hijos de Baylén ensanchamos nuestro pecho al sabernos paisanos de persona tan importante.
8. Proyectos de futuro.
Sin duda que un hermanamiento, como ya pidió Calvillo Alcalá en 1997, con la ciudad de Los Ángeles sería excelente. 29 son las ciudades hermanadas con Los Ángeles: Nagoya (1959), Eilat(1959), Salvador de Bahía (1962), Burdeos (1964), Berlín (1967), Lusaka (1968), Ciudad de México (1969), Auckland (1971), Busan (1971), Bombay (1972), Teherán (1972), Taipéi (1979), Cantón (1981), Atenas (1984), San Petersburgo (1984), Vancouver (1986), Guiza (1989), Yakarta (1990), Kaunas (1991), Makati (1992), Split (1993), San Salvador (1995), Beirut (2006), Isquia (2006), Ereván (2007), Londres (2009), Mánchester (2009), Lódź (2010), Managua (2010). Seguramente, querido lector, eches en falta una, es lógico, aquella villa en la que su fundador vino al mundo. Sorprende que no haya ninguna del país al que perteneció hasta 1821 y del que era natural don Felipe de Neve Padilla.
Y más pronto que tarde tendremos en Bailén la visita de un descendiente suyo, por línea indirecta de su hermana. Solo el tiempo y el trabajo altruista de todos los que nos desvivimos por Bailén podrán conseguir que con uno de los nuestros hagamos oportuna justicia. «¡Y desplegará su hermosura estrellada, / sobre tierra de libres, la bandera sagrada!» (letra en español del himno nacional de los Estados Unidos de Norteamérica, todo un ejemplo de país).
Francisco Antonio Linares Lucena.
Bailén, 23 de agosto de 2014.
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