207 años después, el ejército francés ha vuelto a sucumbir ante el ejército español, apoyado y ayudado por el pueblo de Bailén. El 19 de julio de 1808, una cruenta batalla sacudió este pueblo jienense que, si bien salió victorioso, sufrió en primera línea el drama de una contienda. Fue la primera derrota del todopoderoso ejército napoleónico en campo abierto.

La de este domingo, afortunadamente, no es una batalla real sino una recreación histórica. Alrededor de cuatrocientos participantes, sesenta kilos de pólvora, unidades de caballería y artillería han servido, un año más, para honrar la memoria de quienes lucharon de verdad, de los que murieron y de los que sobrevivieron, incluso de los vencedores y de los vencidos. El pueblo, como entonces, es clemente.

El Charco de la Gallina ha vuelto a ver en sus terrenos la recreación de la Batalla de Bailén. Lo han hecho también los caballos. El retorno, en conjunto, es un éxito. Allí, miles de ciudadanos seguían atentos el desarrollo del hecho histórico, narrado por Alfonso Rojas y capitaneado por los generales Reding y Dupont. Al fondo, la Casa de Postas con el general Castaños esperando firmar las capitulaciones. Es la ventaja de las recreaciones: el general conocía de antemano la victoria de los suyos.

La Recreación Histórica de la Batalla de Bailén se ha convertido ya en un paquete turístico que despega. Aficionados a la historia llegan desde diferentes puntos de la geografía española para seguir a los recreadores. También es una cita para los aficionados a la fotografía, conscientes del grandioso espectáculo visual que es un evento de estas características.

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