Bemeuves y audis
No hace mucho que en Bailén hasta los parados acudían en masa a sellar el cartón en el INEM a bordo de flamantes bemeuves y audis. Bailén era tan rico que los directores de las sucursales bancarias te endosaban una hipoteca en un plis plas y te sobraba dinero para comprarte una moto de las grandes y dar la entrada para la parcela cerca de la playilla de Zocueca. La cosa nos iba tan bien que los desempleados podían irse a los toros de Linares cada vez que llegaba San Agustín y no les daba vergüenza dar olés y vivas a Manolete en el coso de Santa Margarita. El asunto era tan boyante que las raciones de gambas tan grandes como garrotas llenaban las barras y veladores de bares y tabernas. La cosa iba tan cojonudamente que los que mandan pensaron: para qué vamos a tomar medidas que generen empleo en este pueblo si viven como reyes y, claro, nada hicieron. Si fuera verdad lo de los más de 2000 parados eso sería una guerra sorda, ahí tiene que haber gato encerrado.
Ahora son ya más de 3000 desempleados los que cuelgan de la larga lista del INEM bailenense y hace tiempo que los bemeuves y los audis desaparecieron embargados, lo mismo que los pisos y el chalé de la playilla. Las oficinas bancarias que, tan alegremente, daban dinero a hipotecas llenas cerraron y sus locales se alquilan, se venden o lo que sea. Los bares cierran ahogados por la soledad y las rentas de los locales comerciales y a los toros de Linares sólo se va para dar extras de camarero en las casetas de feria. La cosa parece que ya no va tan cojonudamente y los que mandan parecen pensar: para qué vamos a tomar medidas que generen empleo en este pueblo si esta gente no tiene remedio. Si fuera verdad lo de los más de 3000 parados eso sería una guerra sorda, ahí tiene que haber gato encerrado.
Y así siguen en Bailén firmando el cartón del paro en el capó del Volvo… o al menos eso dijeron.