Bailén está un paso más cerca de conocer su historia. Será gracias al convenio firmado entre el ayuntamiento de Bailén y la universidad de Granada, por el que en apenas dos semanas van a comenzar las labores de campo y laboratorio para crear la Carta Arqueológica de la localidad.

Así lo han dado a conocer en el Museo de la Batalla de Bailén el concejal de Patrimonio Histórico de la localidad, Juan Jesús Padilla, el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Granada y director del Departamento de Prehistoria, Francisco Contreras, y el Doctor Luis Arboledas, investigador del proyecto. Dicho convenio tiene por objetivo poner en marcha un proyecto de investigación en Bailén para analizar el desarrollo de las sociedades históricas en la Depresión Linares-Bailén a través de los restos arqueológicos. Para ello, se procederá a la exploración y documentación arqueológica exhaustiva de todos los terrenos del término municipal bailenense, la investigación y el análisis de todas las evidencias halladas, la difusión científica de los resultados (para poner en valor el conocimiento de un marco geográfico que todavía tiene lagunas históricas) y la redacción de documentos que avalen y protejan a nivel patrimonial las huellas palpables del pasado histórico de la ciudad de Bailén.

Tal y como explicaba el coordinador del proyecto, el profesor Francisco Contreras, uno de los objetivos principales de los proyectos de investigación arqueológica es la concienciación del patrimonio histórico entre los propios habitantes y el conocimiento de su pasado. “Que como bailenenses conozcan sus raíces, que van más allá de la Batalla de Bailén”, explicaba, al tiempo que resaltaba la riqueza patrimonial de localidades como Baños de la Encina (donde trabajan con el poblado de Peñalosa) o Linares, señalando la triangulación entre estos dos pueblos vecinos y Bailén. “Patrimonio Ibérico, romano, medieval… la mayoría no conoce que este territorio está poblado desde hace más de cinco mil años” y eso es precisamente lo que se pretende investigar y documentar junto a la Universidad de Granada. Es, además, el momento de enmendar el abundante expolio que ha habido en la localidad y que puede ser importante para el desarrollo de los trabajos.

Para ello, expertos en arqueología se trasladarán hasta Bailén y comenzarán sus trabajos en pocas semanas. Pero también, como explicaba Luis Arboledas, necesitan la colaboración de los bailenenses en forma de voluntarios, porque los habitantes de la localidad son los más familiarizados con las zonas en las que se realizarán las batidas. Es por esto que se ha abierto el plazo de inscripción de voluntarios que podrán participar en el trabajo de campo o de laboratorio que está a punto de comenzar; los interesados pueden inscribirse en el Museo de la Batalla o en el ayuntamiento de Bailén. Los voluntarios participarán junto a los expertos en las batidas (divididas por sectores) que se van a hacer dentro del término municipal bailenense; paralelamente, se realizará un trabajo de laboratorio en las dependencias del Museo de la Batalla; allí se analizará, estudiará y catalogará el material recogido de forma selectiva. Y todo estará dispuesto para comenzar a elaborar la Carta Arqueológica y todos los artículos científicos posibles para documentar el patrimonio local.

Tal y como han explicado tanto desde la Universidad de Granada como desde la concejalía de Patrimonio, la importancia de los yacimientos localizados en este territorio lleva a pensar que la riqueza patrimonial de Bailén es digna de estudio. Pero, para ello, hay que hacer las cosas paso a paso: en primer lugar, saber a ciencia cierta qué hay; en segundo lugar, seleccionar aquellos yacimientos que permitan explicar la historia de Bailén planteándose entonces las excavaciones necesaria. “Es un trabajo de medio-largo plazo, pero por algo tenemos que empezar”, decía el concejal de Patrimonio, mientras que Francisco Contreras insistía en la importancia de sostener las tres patas fundamentales: el interés del pueblo en conocer su historia, la implicación de los políticos por encima de sus colores e ideas en aras de la riqueza arqueológica de su localidad y, por último, el trabajo de la Universidad.