20. El oro de Bailén
Tal vez pudiera darse a entender que mi presente trabajo lleva por temática el tan conocido a nivel internacional aceite de oliva de la marca Oro Bailén (creada en 2002 y cuya empresa bailenense se encuentra en suelo de la vecina Villanueva de la Reina), orgullo de nuestra tierra. O que el óleo del Santo Reino entre las riberas del Guadiel y Rumblar, bailenés de pura cepa, iba a ser mi cometido, con la almazara San Pablo (fundada en 1999. Aceites Padilla) como tema, o las remozadas instalaciones de la Cooperativa Agrícola Virgen de Zocueca, que han sido inauguradas en 2014, pero que tienen su origen en las instalaciones de la Calle María Bellido y que fueron inauguradas en 1956. O pudierais tal vez pensar que iba a referirme a las nuevas instalaciones de Almazara San José (2008, empresa fundada en 1929. Aceites Baécula, marca creada en 1991). Aprovecho, eso sí, para invitar a todos quienes me lean desde cualquier punto del mundo a visitar Bailén, por muchísimos motivos, pero permitidme que en esta ocasión lo haga para que probéis nuestro aceite, regado en fértil tierra y aderezado por gentes laboriosas en parajes plenos de historia.
Pero no era este interés oleícola mi propósito en este estudio histórico y toponímico. Con el oro de Bailén me adentro en el mundo desconocido de lo toponímico, pues varios son los nombres propios de lugar con origen áureo cuyo significado histórico no he podido desvelar en mi libro Un viaje cartográfico y documental al Bailén antiguo (2014). Pasemos a conocer sus misterios indescifrables y los enigmas que aún nos convocan a seguir investigando.
1. La Calle del Oro (o C/ El Oro).
Como podemos fácilmente documentar, en 1764 ya era así denominada. Estaba y está contigua a la que fuera conocida como Villa Vieja, zona de la Casa Palacio y proximidades del Castillo, es decir, en el enclave más regio y aristocrático de la añeja villa de Baylén. No he podido averiguar su origen toponímico áureo, muchas pueden ser las hipótesis y pocas las conclusiones.
Hasta 1861 no estuvo reglamentada la necesidad de rotular las calles con sus nombres, por lo que estas, hasta ese año, eran denominadas popularmente siguiendo varios criterios: A) por tener un edificio importante (Iglesia, Las Torres, San Nicasio…), B) por el nombre de un ilustre o conocido vecino (Niño de Aranda, Moya…), C) por contar con un gremio de trabajadores allí ubicado (Carpinterías, Fábricas…), D) características geográficas o naturales del paisaje o terreno (Yedra, Almendral, Prado, El Puerto…), E) por haber sido antes camino o puerta de entrada (Jaén, Carrera de San Nicasio, La Carrera), F) por acontecimientos anecdóticos, curiosos o históricos (Empedrada, Oro…), etc.
Este acontecimiento histórico, curioso o anecdótico, en vista de que es poco o nada probable que hubiese en sus inmediaciones un orfebre de metales preciosos, u oro en su subsuelo, ni demás cosas similares, me ha llevado a conjeturar algo que ya adelanté en mi trabajo titulado Baécula, la enigmática ciudad iberorromana y que en breves fechas verá la luz en forma de libro. Recojo, muy resumidamente, el hecho de que los romanos trataron de conquistar Hispania, principalmente, en busca de oro y plata. Y rica y buena fuente de extracción era la zona del valle del Guadalquivir. Y Bailén-Baécula tienen algo que decir al respecto.
De La Toscana bailenense ya dijo Ximena Jurado en 1654 que «junto a ella se engendrava oro y cobre», como ya había hablado previamente Estrabón en el siglo I d.C.: «en donde está ahora un sitio que llaman las Cotinas se saca oro y cobre».
Aún no puedo desvelar, a escasos meses vista, cuál es el motivo por el que pienso, humilde hipótesis mía, que dicha Calle del Oro, a cincuenta metros de un castillo-monasterio-iglesia-mezquita-casa palacio, pudo tomar tal nombre.
Sobre esta calle escribió, en forma novelada, nuestro paisano, Hijo Predilecto, Andrés Cárdenas Muñoz, en su obra, que no pudo ver la luz para el gran público, El secreto de la Calle del Oro (2010), en la que se ceñía al periodo de la Guerra Civil y la posguerra en su contenido, sobre la figura de un conocido ex alcalde republicano bailenense en tiempos de la Dictadura.
2. Calle del Tapiz.
Aún sin poder localizar dónde estuvo esta calle bailenense (que pensé, siguiendo a un estudioso local, que era Calle Teatro y sé ahora, a ciencia cierta, que no es, gracias a la aportación de nuestro paisano Miguel Hernández García), así denominada en 1764, no tuvo que andar muy lejos de la anterior, pues una treintena de calles, que no más, era con las que contaba nuestra villa. Lo enigmático de todo esto es que Tapiz significa “paño grande, tejido con lana o seda, y algunas veces con oro y plata, en el que se copian cuadros y sirve de paramento”). Mucho oro para tanto barro, eso es lo que yo he pensado.
3. El Barrio Tahúr.
Muchos son los bailenenses que desconocen que en el siglo XVI, al norte de la zona del Castillo bailenense, había un distrito intramuros que se denominaba Barrio Tahúr (dato extraído del libro El castillo y fortaleza de la villa de Bailén, Villar y Perea. Muy interesante la referencia a dicha barriada en «El teatro General Castaños como escenario de la memoria» de Miguel Hernández García, 2014, y consultable en el enlace http://baileninformativo.blogspot.com.es/2014_09_01_archive.html).
Consultando en múltiples diccionarios y vocabularios custodiados en la Real Academia Española, he buscado el significado de Tahúr en diferentes épocas y he observado cómo significaba lo mismo que ahora: ‘diestro y vicioso en el juego (de cartas) y jugador fullero’. En distintas obras del XVI y XVII se recoge como ‘engañador’, ‘fullero’, ‘chocarrero’, ‘estafador’… Antes era Tafur y procede del «árabe takfūr, y este del armenio tagevor, título de los reyes de esta nación posteriormente con valor negativo por sus difíciles relaciones con los cruzados».
Y algunos os estaréis preguntado: ¿y qué tiene que ver el nombre del antiguo barrio con el oro? Resulta, estimado lector, que los tahúres jugaban a las cartas y uno de dichos palos en la baraja española, como bien sabéis, es el de oros. ¿Quién, por qué y desde cuándo -al menos desde el XVI- puso por nombre de Tahúr a un barrio bailenense tan castizo, al lado de la Calle del Oro? A la posible relación, o no, entre ambos topónimos, no acierto a responder por el momento.
4. Puente del Oro.
Así es aún conocido oficialmente un paraje en el Camino de Jaén, actual Carretera Bailén-Motril, por la cuenca y cauce del Arroyo de Bailén (“del Matadero”). Para situar geográficamente al lector, le notifico que en dirección a Bailén desde Jaén por dicha vía, hay una gasolinera fuera de servicio y un cartel grande que indica el nombre del paraje. No obstante, una web, y solo una, yerra al denominarlo “Puente de Oro” (error), lo que haría suponer que de oro fue hecho el puente. Su correcto nombre de Puente del Oro se trata de una referencia desconocida y que indica que por allí pasaba el oro, y qué mejor camino para trasportarlo que desde Cotina en La Toscana, que es de donde se extraía en época romana, hasta Bailén-Baécula, Cástulo o Iliturgi, buscando la Vía Augusta o Camino de Aníbal, que por las inmediaciones de ambas ciudades trascurría.
Reconozco y no omito que, con respecto a este topónimo de un paraje (Puente del Oro), esta novedosa hipótesis mía, aun a riesgo de no ser certera, es la “mejor”, por ser la primera, que se ha expuesto hasta la fecha, pues nadie nunca en la historiografía local de Bailén se había ni siquiera preguntado por ello.
5. El Tesoro, paraje bailenense.
En la zona nordeste de nuestro término municipal, todavía es así denominado oficialmente un paraje con solera. Unos hablan, mas nadie ha escrito, que se debe al tesoro del saqueo de Córdoba que fue escondido en sus inmediaciones en julio de 1808; otros, al que tal vez escondieran los árabes, o quizás fueran los íberos o romanos. Lo cierto es que nadie ha dado con la referencia exacta sobre el motivo del origen histórico del topónimo de dicho enclave, próximo a nuestras minas, tan famosas y nombradas ya desde época de la antigua Baécula y su batalla del 208 a.C.
No sé si dicha zona alberga un tesoro en su interior, de lo que no queda la menor duda es que sigue albergando un misterio.
6. Tesoro hallado en Bailén en 1594.
Muchos han sido los baeculenses contemporáneos o coetáneos que cuentan haber encontrado monedas de oro y plata, pero un hallazgo destaca sobre todos los demás. En 1832 Tomás González publica un libro, Registro y relación general de minas de la Corona de Castilla (Tomo II), en el que se da noticia de un hallazgo en Bailén de un tesoro de oro y plata en 1594 y que produjo mucho tumulto y alboroto en la villa. Como otras muchas cosas, a saber dónde estará el contenido de dicho hallazgo de monedas de oro (hoy desaparecido), de dónde procedería, dónde y en qué época se acuñaron, dónde apareció en concreto…
Muchos son las acepciones del sustantivo Oro en español (del latín aurum): ‘elemento químico’, ‘color’, ‘moneda’, ‘medalla’, ‘joyas’, ‘caudal’, ‘naipe del palo de oros’, ‘metal heráldico’ y ‘palo de la baraja española’. Con base en estos significados podríamos aseverar el origen, quizás, de dos calles (del Oro y del Tapiz), un barrio (Tahúr), dos parajes (Puente del Oro y El Tesoro) y un hallazgo (de 1594), pero me faltan datos y me sobra pasión, la misma que me hizo sentir que la “antorcha del día” de tu sol refulgente, era “anillo del dedo de Dios”, aurífero aro de metal bañado en oro bailenés.
Francisco Antonio Linares Lucena
Bailén, 8 de abril de 2015.